jueves, marzo 24, 2011

Distancias Relativas

A veces la cercanía física no impide los espacios entre dos. A veces es difícil llegar a alguien que se empeña en construir un muro de desgana y pasotismo. A veces no encuentras la manera de acortar espacios perfectamente delimitados por mamparas transparentes.

A veces las ideas se agotan y tu postura egoista de malestar propio y personal se superpone al malestar del otro, consiguiendo cerrar un círculo vicioso y perfecto, mordiendo la cola de la desgana del de al lado, haciendo más cierto que nunca ese dicho popular.

Pero lo más importante, es que siempre, siempre, quedan fuerzas de atravesar esos muritos imaginarios y de romper mamparas en añicos, tendiendo una mano y regalando abrazos que funden pesares.

'Anda, deja que te acompañe que no es momento de andar sola'

Te quiero

1 comentario:

  1. Esa cercanía siempre es una consecuencia de anteriores mamparas rotas.
    Cuando esa proximidad existe, cuando notamos que dejamos de hablar porque se supone que no hace falta, cuando el malestar del otro se anuda a tu estómago como la serpiente que sube por la copa en los azulejos de las farmacias antiguas, entonces, tarde o temprano, por una u otra parte, si ese estar pegados por kilómetros de distancia es el que hace unas semanas fue estar pegados hasta el punto de no saber si esa voz es la tuya o la mía, entonces, alguien de esa dualidad (o debería decir "duelidad") prende la chispa y el otro va a la cocina a por el cepillo para recoger los añicos del cristal vencido.

    Un beso, se os quiere, aunque ya lo sabéis. Creo entender bien lo que dices, a mi se me da muy bien poner tabiques entre el mundo y mi mundo.

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