jueves, diciembre 15, 2011

Al menos son las 21:27

Hay días en los que las circunstancias se alían para que los minutos pasen a la velocidad del rayo mientras tú andas de un sitio a otro, empezando muchas tareas, y acabando ninguna. Esos días se definen por asaltos de vagueza absoluta y cúmulos de despropósitos desfilando uno tras otro; el ordenador se peta mil veces, el tema que me toca no me gusta, el curso de html lo odio, el otro no se carga, no puedo acceder a la plataforma, empiezo una conversación que tengo que acabar por whatupp y otros dos cuadros más se acumulan junto a mis montañas de apuntes con la etiqueta imaginaria de 'pendiente'.

Definitivamente la disposición del yo, ahoga a las razones impuesta por mi conciencia, para calmar la idea de un día perdido.

Mañana será otro día.
 
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