Me voy cansada, agotada entre la alergia o el principio de un resfriado. Me voy dejando a mis alumnos descansar. Me voy intentando dejar mi casita medio recogida y limpita. Me voy después de una semana intensa y corta, con millones cosas hechas y alguna aun por hacer. Me voy con una Sevilla regalando olores y obras casi acabadas. Me voy con camisa, pantalones nuevos. Con guias de viaje bajo el brazo quizás ya pensando en la próxima parada, dejando libros amontonados en mi mesita aun por leer...me voy porque el lunes volveré...
Y lo haré con la sonrisa puesta. Las pilas recargadas. Despues del inicio de una semana grande que aqui vivimos de manera muy diferente dependiendo de quien. Vuelvo para encontrarme con una Sevilla de contrastes que se transforma al medio dia y pasa de ser una_como_otra cualquiera a ser esta, la nuestra. La que se disfraza y camufla transportando a quien se deje a otra época o dimensión. Vuelvo para encontrarme con la cuidad de los sentidos. La preñada de azahar, dama de noche, incienso, o calor humano. Esa amable, acogedora, sabedora de que se le admira, se le quiere...esa tan especial simplemente por dejarte formar parte de su Semana grande solo si quieres...porque lo mejor de todo es que el resto de la ciudad sigue igual, para disfrutarla, vivirla u odiarla como el resto del año.
Vuelvo para encontrate_nos. Para dejarme_nos, abandonarnos al placer del deambuleo y los paseos...descubrimientos y sensaciones.
Me voy deseando volver.
Feliz Semana a todos...la gasteis_recicles como quiera que sea.
Vuela la treinta_Y_uno con destellos primaverales.
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Sí, es una ciudad que se sabe guapa.. que se engalana, se perfuma…y hasta te recibe con música para no dejar atrás ninguno de los sentidos...
ResponderEliminarel apetito se me agudiza, las ganas me llaman a gritos, la curiosidad tira de mí...
ResponderEliminarya queda menos...
Sí, describes muy bien esa dualidad de la ciudad, esa profundo desconcierto que provoca, esa mutación increible que la transforma a partir del mediodía en esta semana. Esa otra realidad ala que (sí, los que quieren) se dejan caer... Es difícil explicarlo si no se ha vivido nunca, verdad? Pero tú lo haces muy bien. Desde aquí todo es diferente, la semana transcurre como si se tratase de cualquier otra, y ayer abrían todosl os comercios como si nada pasase. QUizá a partir del miércoles se note una bajada de gente en los barrios... pero el centro se llena de turistas... y Madrid de transforma también, pero como en una ciudad prestada y que se deja habitar por los no habituales, que se hace más humana porque hay menos trafico y follón, y mushcas ganas de pasearse y de comer helados y salir de marcha... Qué diferente verdada???
ResponderEliminarBesitos, mi niña, que nos tenemso abandonados... a ver si nos saludamos por el messenger un días de éstos, no?
Besos, guapa.
Pues felices encuentros, y a disfrutar esa emoción contenida, sorpréndete derrochándola de golpe o dosificándola... felices momentos... feliz viaje
ResponderEliminarLeerte me devuelve de golpe a la realidad,me entristece y me da fuerza para buscar, cambiar, evolucionar... Leerte me esperanza a creer en que todo lo que describes existe ahora también para mí, en algún lugar que aún no encuentro.
ResponderEliminarte quiero.
extraña semana para mi, mal sabor de boca al volver a madrid y haberme quedado con la miel en los labios....otro año será,siempre hay una primera vez para vivir otras experiencias y creo q teniendolo lejos, es mas facil sobrellevar la ausencia
ResponderEliminarHasta parece que te vas en bicicleta a Lisboa, pues ya traes cargada la nostalgia dulce, el sopor placentero, de la poesía de Pessoa... Las ciudades guapas lo son, porque hay gente que se resiste a verlas como montones de casas que crecieron sin orden y, además, gente que quieren volver el lunes de la siguiente semana a constatar que, aunque diferente, todo sigue igual... Me gusta lo que escribes, por eso me atreví a pasearme impunemente por tu blog y comentar
ResponderEliminarhoy echo de menos todo... el despertar, el café cociéndose en la cocina, los besos mal dosificados pero bien repartidos, el primer rayo de luz atardecido, el almuerzo preparándose, la dulce sobremesa, la primera procesión, el palio torciendo la esquina, el olor a incieso, el de azahar volviendo a casa, las cervecitas improvisadas, las noches que caen sin avisar, que se alargan a tu lado...
ResponderEliminarhoy te echo de menos a rabiar.
se me viene encima el viernes santo en madrid, tan lejos de tí...
[me cuelo entre palabras de amor para decirte que si, que el próximo beso desde mi tierra ;o)]
ResponderEliminarPues guay!estoy deseando pasear,y que delirante me descubra tu tierra.Nos vemos pronto pues. :)
ResponderEliminarUn beso hasta entonces.