Sevilla se despertó entre nieblas esta mañana, mientras que el tren lo atravesaba a toda velocidad como con mucha prisa por llegar adelantando a esa cadena interminable de luces de colores que se agolpaban una tras otra en paralelo a "nuestro" camino.
Las horas de anoche pasaban lentas y rápidas a la vez...y no era capaz de abandonarme al sueño mientras que mi cuerpo se estremecía ante los dos extremos de la cadena de sensaciones...tu calor, y el frío que se colaba impunemente bajo el hueco de las mantas...
El reloj colgado de la pared en el aeropuerto marcaba el limite de estos días, el antes y el después...el antes de que desaparecieras de mi ánglo de visión, el después de que me está pasando...y aun estoy entre ese limbo sin instalarme bien en ninguna parte...debería.
El cielo pasó de gris plomizo y cansado a un azul transparente en cuestión de horas y marcó mejor que nunca mi evolución...asi me siento yo. Gracias por formar parte de la historia en que yo, sentimentalmente torpe, vuelvo a retomar las ganas de seguir intentando volverme a llenar...contigo como mejor actriz revelación. Tus manos siguen siendo preciosas
Te mentiría si te dijera que noté esa conexión de la que tanto te he hablado, pero...me haces tanto, tanto bien...

b.s.o. "No estoy, enamorada de ti...pero te regalaría mi primera sonrisa del día"
Vuela la diez mas nueve.