Se acerca el final del verano...se acerca la época en la que la melancolía me acecha irremediablemente. En la que los días se acortan, el cielo se vuelve mas anaranjado y el salitre marino se antoja algo ya de otra época. Se acerca el momento de hacer nuevos planes y propósitos, pues aún siendo estudiante ocasional a años pares, mis años empiezan los unos de septiembre.
Se me antoja perezosa la puesta a punto. Se me hace largo el camino hasta ajustarme a la tediosa pero necesaria rutina, y no veo el momento de ponerme a estudiar de nuevo.
Los días cada vez serán más cortos, y antes de darnos cuenta y pasar del verano más intenso al invierno más frío, ya estaré de nuevo pensando en el mañana, mientras me muevo a paso aligerado y continuo por los meses que llegarán.
Quizás aún tenga que despedirme de los atardeceres atlánticos una vez más, quizás aún queden algunos chapuzones en alguna piscina, y seguramente los termómetros sigan superando la agobiante barrera de los 40...
Pero, yo, con las pilas cargadas después de un mes maravilloso, solo me queda dar las gracias y mirar pa'lante. Contigo de la mano, sonriendonos de medio lado y con paso firme.
Porque con despertarme y acostarme a tu lado, seguramente, da un poco de menos igual que día acabe y que día empieze. Feliz final de verano.
domingo, agosto 28, 2011
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