Reenamorarte para volver a empezar pero desde el conocimiento o la conciencia te ayuda a desconectar de esta rueda que gira y gira sin darte la oportunidad ni si quiera a plantearte que quieras bajarte.
Las ideas van y vienen, las tareas pendientes se acumulan en la agenda inmaterial de tu parte cerebral derecha y los días dejan de llamarse así cuando no das tregua entre el amanecer y el anochecer.
¡Espera, un segundo, yo me quedo aquí! ¡qué si joder, si no paras tú, yo me dejo caer! dame dos minutos, o quizás unas cuantas horas, da igual. Desconecta la parte izquierda, o la derecha, mejor las dos, y olvídate de las obligaciones que ya dejo de enumerarlas a partir de la décima.Ven, miráme, cierra los ojos. No te preocupes, esta todo lo necesario en on. ¿dónde prefieres? yo me dejo. Sí, perfecto, justo ahí.
Menos mal, mi parte izquierda junto con la derecha no dejaban correr la sangre al resto del cuerpo mientras éste vivía como autómata vagando entre el frío y la indiferencia. Vaya, parece que al final todo vuelve a estar calentito y sensible. Menos mal que no se te ha olvidado. Cuando empezamos temí por tus habilidades y por mi placer. Pronto recordé que poco importa el resto si tengo esto.
Sí, tienes razón, qué bien que decidimos bajarnos. Bueno, da igual, ya encontraremos la manera de volver a subirnos. Tsss...un ratito solo.
Se está tan bien aquí contigo...
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Querida, por lo que observo veo que estamos en puntos parecidos, sólo parecidos. Somos dos mázinguer Z de pacotilla a la deriva (y yo que siempre quise ser afrodita).
ResponderEliminarYo barrunto un abandono definitivo del barco, quizá no a corto plazo. Pero es que odio cuando me olvido de que soy humano. Los hombres sienten y se dejan guiar por los sentimientos, los robots no tienen de eso, sólo tuercas y las mías últimamente están oxidaítas.
Me voy al campo, con mis cabras, a ese sueño de paz y tranquilidad que me calma más que una sopa de myolastan. Allí las montañas, no muy altas ni escarpadas, se comen el horizonte y uno sólo puede mirar para adentro o a lo que tiene más cerca. Allí puedo tener mi ejército de gatos al mando de un siamés espeluchao que se llama Plato Combinado, allí el pan es pan y el sexo es sexo, el hombre es hombre porque habla sólo lo imprescindible y piensa para avanzar y no para tener. Allí se come bien y se bebe mucho, la chimenea está encencida todo el año; en invierno da calor y frío en verano. Allí, me voy. Espero a la mona, voy cargándo el coche, si no podéis hoy pues os venís mañana o cuando os cambiéis las bragas, cuando queráis. Te aseguro que comeréis bien y abundante, dará igual estar gordos; también se bebe mucho pero sin concentrarlo en el tiempo. Ahora que lo pienso le voy a pedir al General Plato combinado que ponga al ejército a labrar la tierra, tendré mi propio vino:"señorío de me importa un carajo". Anda vente, verás que bien se te crían los niños aquí, con este aire, con esta locura sobrevolándolo todo.
Así estamos Azulona, que me tengo que retirar a mis fantasías para aguantar. Vendrán tiempos mejores y siempre podemos hacer realidad mi sueño.
Miles de besos y te veo bien prontito.
Mona flamenca...me encanta tu plan de campo y ejército de gatos con un siamés espeluchao al mando. Es curioso, pero me lo puedo imaginar tan bien :-) Me encanta, pero he llegado a la conclusión de que al final, no podría vivir sin ser un poquito robot a veces, y en el campo campo, de eso no hay. Así que lo guardo para poder bajarme de la rueda de vez en cuando, y pasarme por alli, para que la sangre fluya como una manguera a presión los ratitos que ande por vuestro cortijo. Es una suerte contar con ello.
ResponderEliminarMientras tanto, abro los conductos, para que estén calentitos siempre, aun a riesgo de 'cortocircuitarme' en cualquier momento :-)
Querida, de momento es una ficción, en el momento que se haga realidad supongo que el robot también tendrá que salir algún día que otro, incluso allí. Pero saldrá con un mandil y muy lozano. Tu te vienes cuando quieras y ya está.
ResponderEliminarUn beso
bravo!!! Por haber parado...
ResponderEliminar(la boluda de siempre )